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BIBLIOGRAFIA

jueves, 19 de agosto de 2010

Depresión posparto I

Son muchos los factores que influyen en este proceso, en primer lugar el gran número de emociones que se sufren a lo largo de todo este tiempo: embarazo, parto y posparto. Tarde o temprano todas ellas pasan factura.

Factores desencadenantes

En primer lugar, debemos diferenciar lo que es realmente una depresión post parto y lo que es sencillamente, un alto nivel de estrés al que la mujer consigue hacer frente rápidamente.

Adaptarse a la nueva situación se tiene que hacer de manera paulatina, no es posible adaptarse en un solo día, ni tan siquiera en un solo mes. Existen numerosos factores que pueden desencadenar esta depresión. A continuación enumeraremos algunos de ellos:

En primer lugar la mujer pasa de albergar dentro de su vientre al bebé, a dejar de tenerlo en su interior. Una vez que desaparece la tripa, desaparecen también todo el interés que despertaba esta en los demás. Ahora el bebé ya está fuera y las atenciones irán dirigidas casi en exclusiva hacia él. Además, para muchas mujeres a la nueva situación de “vacío” se suma el deterioro físico, ya que tras el parto el vientre se encuentra algo fláccido, no es el que tenía antes de estar embarazada y además ya no tiene el mismo significado que a lo largo de los nueve meses de gestación.

Pérdida de identidad

Otro factor a tener en cuenta es que tras el parto, la mujer ya no es la que cuida del bebé en exclusiva, ahora son otras personas las que se unen a esta tarea y tal vez lo hagan de manera diferente de como a ella le gustaría. La gran cantidad de consejos, los libros, artículos e información “absorbida” durante todo este tiempo pueden confundirla y hacerla sentir que no es capaz de cuidar bien de su bebé.

Las complicaciones que haya sufrido durante el alumbramiento pueden hacer que durante los primeros días de vida del niño, la madre no pueda hacerse cargo de él, lo que generará un enorme sentimiento de frustración y culpa por no atender como debiera a su hijo.

La relación con la pareja también cambia, antes era eso, pareja y ahora es primero padre, con comportamientos desconocidos a los que también tendrá que acostumbrarse. Incluso, puede llegar a plantearse si la elección de esa pareja para compartir la paternidad fue la correcta.

Por otro lado la intimidad en la relación pasa a estar en un segundo plano. Ese concepto desaparece y ahora se convierten en una familia. Nueva situación a la que también tendrá que acomodarse.

El cansancio después de los nueve meses de gestación y el trauma del parto pueden hacer mella en la recién estrenada mamá. Las visitas tras el alumbramiento pueden resultar agotadoras mientras está pendiente de su bebé y esto puede repercutir negativamente en su estado psíquico.

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