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Caballito, Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
Prof. Lic. en Psicología (UBA). M.N. 43.722 Atención psicológica, presencial y virtual. myanigro@gmail.com 0116688-1894

BIBLIOGRAFIA

viernes, 18 de septiembre de 2009

EQUINOTERAPIA



Animales terapeutas


El avance de la medicina y la cooperación de otras áreas del conocimiento han dado lugar al desarrollo de nuevos abordajes terapéuticos para diversas patologías. Entre estos nuevos desarrollos, que pretenden llegar a la persona con dificultades desde diferentes puntos de estímulo, se encuentran los llamados programas de zooterapia. Se trata de una metodología terapéutica psicoeducativa que incluye una técnica con asistencia animal.

En este tipo de terapias el animal desempeña un papel fundamental, funcionando como un poderoso estímulo. Si bien las zooterapias más difundidas son las que involucran perros, también se ha experimentado con gatos, caballos, delfines, etc.

El caballo es un animal fuertemente ligado al hombre desde tiempos remotos. Su belleza, inteligencia y capacidad de trabajo, pero sobre todo su lealtad y compañerismo para con las personas, lo transforman en un aliado ideal. Un programa de zooterapia que incluye caballos (equinos) recibe el nombre de equinoterapia o hipoterapia (hippo, caballo). En Santiago de Chile la Fundación TALA ha desarrollado un programa de equinoterapia que está obteniendo grandes éxitos en la recuperación de diversas patologías.

Por qué los equinos

La Dra. María Inés Bonvin, Médica Veterinaria, es la Directora de la Fundación TALA. Especializada en biomecánica del caballo, Bonvin trabaja junto a un equipo multidisciplinario que incluye médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, etc. Ella nos explica que existen dos tipos de cabalgata:
• la deportiva, o equitación, en la cual el jinete es quien actúa sobre el equino, indicándole lo que debe hacer y logrando que realicen juntos ejercicios como saltar, correr, trotar, etc.
• la terapéutica, en la cual es el caballo el que incide sobre el jinete (o paciente) actuando como un poderoso estímulo en la recuperación de diversas patologías neurológicas, emocionales, respiratorias y articulares.

“Se produce una verdadera complementación neurofisiológica y también psicológica entre el caballo y el paciente” - sostiene Bonvin. El andar del caballo reproduce un movimiento similar al del ser humano. Por lo tanto, el cerebro del jinete recibe información como si estuviera caminando, y de allí la calidad del estímulo, por ejemplo, para un paciente con parálisis.

Los resultados de este tipo de terapia sorprenden tanto a los pacientes y sus familiares como a los propios profesionales, quienes han visto superadas sus expectativas terapéuticas.

Sumando beneficios:

La equinoterapia puede resultar mucho más beneficiosa que otros tipos de programas de rehabilotación.

"En la parálisis cerebral los niños tienen que hacer ejercicios muy simétricos. No es lo mismo estar en una máquina un largo rato, que estar con un caballo durante una hora, es un ambiente natural, bien guiado, con un alto grado de interacción social, son sus padres, etc. Todo esto hace el tratamiento más llevadero."

El caballo no sólo produce el estímulo psicomotriz que ya hemos decripto. También le otorga a su compañero otro inmenso caudal de mansajes capaces de estimularlo desde otros aspectos:

  • percectivos (olor, calor, contacto, sonidos, ect.)
  • orgánicos (masajes, movimiento)
  • psíquicos (compañia, seguridad, sostén, diversión, etc.)
El programa no sólo incluye montar y cabalgar. También alimenta la relación del paciente con su compañero equino proponiendo otras actividades como su alimentación, el cepillado del pelo, la limpieza de los cascos, de los arneses... Un contacto que va más allá.




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