
Se produce con pasta base de cocaína, harina, kerosene y vidrio. Una dosis se adquiere por un peso.
Unos 30.000 jóvenes de entre 15 y 25 años, y provenientes de los estratos más bajos de la sociedad se volcaron en los últimos años al consumo del "paco", una droga de altísimo poder adictivo y destructivo que se extendió especialmente en el conurbano bonaerense por su bajo precio y su fácil elaboración.
El "paco", puede adquirirse por un peso y está conformado por la pasta base de la cocaína y elementos como kerosene, harina, talco y hasta los vidrios de los tubos fluorescentes. Es el nombre vulgar por el que todos reconocen a la pasta base de cocaína (PBC), y tiene aspecto amarillento o amarronado, dependiendo los precursores químicos que se utilicen.
Su forma de consumo es muy sencilla, ya que sólo se requiere colocarla arriba de un papel, someterla a la acción del calor e inhalarla, o bien fumarla en un canuto utilizando una virulana como filtro.
Según el titular de
"Quien consume paco en poco tiempo sufre un severo deterioro cerebral, porque la droga lima la corteza cerebral y produce la inhabilitación permanente de los centros nerviosos", detalló Mate. Agregó que el consumidor, pierde reflejos, motricidad, inteligencia y memoria.
"Los primeros casos de adicción los registramos en Berazategui hace 2 años, tuvo un notable crecimiento y los chicos llegan a fumar hasta 20 pacos por día", admitió.
Un estudio de
La encargada de investigaciones y estadísticas de ese organismo, Graciela Ahumada, dijo que generalmente el paco es la quinta sustancia que consume un adicto y la primera de ellas siempre es el alcohol.
A su vez, Alberto Calabrese, del Fondo de Ayuda Toxicológica, dijo que el paco "es una porquería y la depresión que produce luego del estado de estimulación hace que la persona necesite consumir otra vez, por eso es tan adictiva".
"Uno de los riesgos principales de aquel que consume paco es la hiperexcitación que puede derivar en riesgos de paro cardíaco, mientras que otro peligro es la alta toxicidad porque está mezclada con solventes, talcos, harina y hasta vidrios", remarcó Calabrese.
El dirigente, quien es a su vez profesor de
Calabrese agregó que "el adicto piensa que la droga en sí misma lo completa, le llena sus carencias y su falta de horizonte. Piensa que existe un desinterés hacia su persona, por eso es tan extendida entre los sectores bajos".
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