
Para muchos psicoanalistas la eficacia del tratamiento no debe medirse en términos estadísticos y objetivos, sino en términos singulares y subjetivos. Tampoco debe responsabilizarse por el resultado del tratamiento exclusivamente al terapeuta y/o a la técnica, sino que existe también responsabilidad por parte del paciente.
Los detractores del psicoanálisis consideran que no es efectivo en el tratamiento de trastornos psicológicos. Se apoyan en estudios estadísticos que comparan la eficacia clínica de distintas formas de terapia (psicoanalíticas, gestálticas, conductuales, cognitivas, etc.) con una terapia placebo o con la ausencia de terapia. Los estudios muestran que en promedio las psicoterapias aportan beneficios y algunas de las terapias cognitivas están a la par de los tratamientos farmacológicos y su efectividad se potencia cuando son empleadas en conjunto. En cambio, la efectividad del psicoanálisis en el tratamiento de enfermedades (depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación, adicciones, trastornos de la personalidad...) está por debajo del promedio y no supera la efectividad de un tratamiento placebo; y puede, en consecuencia, retrasar o impedir en algunos casos la cura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario